Emilio es contador. Es
contador, predecible y aburrido. Muy aburrido. Y es mi marido.
Yo era igual de aburrida.
Más, aún, porque ni siquiera era contadora. Apenas una estudiante de abogacía
que dejó la carrera para ser ama de casa… en una casa donde todavía no hay
siquiera un niño. ¿Y saben lo peor? Creía que no lo era. Pensaba que así era la
vida de adulta, de casada.
Hasta que conocí a
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